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19.03.19 12:56

Tips Políticos: Las complejidades del escenario único

En la Jefatura de Gabinete están convencidos que la elección presidencial será UNO contra UNA: Mauricio vs Cristina, no ven otra alternativa, y desde ese convencimiento se plantea una estrategia política en la que se puede volver a ver la pasión del Jefe de Gabinete por jugar con fuego. Ver Tips.

Por Manuel Font.
La primera pata de la estrategia electoral diseñada por Marcos Peña es la discursiva, en este aspecto nuevamente el gobierno se va a parar en el eje de la polarización y la esperanza, es decir un discurso basado en la promesa de un futuro mejor contra un pasado al que “no queremos volver”.
El oficialismo juega a la “grieta”, la necesita para que aquellos que están desesperanzados o disconformes con sus medidas sientan miedo de que su enojo los lleve a enfrentarse a algo todavía peor que el contexto actual.
Confían Jaime Durán Barba y Marcos Peña en que la polarización discursiva diluirá cualquier alternativa que se intente ofrecer, por eso también se niegan al menos hasta ahora, a dar lugar a una PASO al interior de Cambiemos que permita contener a los descontentos en el espacio.
Esa polarización no tiene un eje económico sino moral, institucionalista y de seguridad, por eso por momentos parece que para el PRO es más importante mantener a Carrió dentro de Cambiemos que cualquier otra persona o espacio.
El segundo elemento es el de las alianzas políticas. Bajo esta lógica del “UNO contra UNA” hay un solo actor enfrente que tiene que parecer fuerte, pero llegar débil al momento de la disputa; por eso al gobierno no le molesta demasiado el festival de adelantamiento de elecciones provinciales, dado que le permite negociaciones uno a uno con cada gobernador ofreciendo no apoyar candidatos propios a cambio de que ellos no apoyen a Cristina en octubre.
Neuquén y Córdoba dan certezas de que esa es la estrategia que se seguirá en casi todos los casos (Santa Cruz y Chubut pueden llegar a ser excepciones). En la primera elección a gobernador (antes hubo interna en La Pampa) del año, el gobierno le dio más apoyo al candidato del Movimiento Popular Neuquino, Omar Gutierrez, que al radical de Cambiemos Héctor “Pechi” Quiroga.
En esa elección, Gutierrez se impuso por un amplio margen dejando relegado a Ramón Rioseco, candidato de Unidad Ciudadana que contó con el apoyo explícito de Cristina Fernández de Kirchner, quién confiada en la posibilidad de triunfo vio la oportunidad de nacionalizar una elección para empezar a construir su posicionamiento. El triunfo del oficialismo neuquino, y sobre todo la derrota kirchnerista, fue vivido como propio en la Casa Rosada.
El caso cordobés es mucho más complejo, la impresión que quedó es que las diferencias internas y la incapacidad de llegar a un acuerdo terminaron rompiendo Cambiemos y que esa ruptura genera una alta tensión en la coalición a nivel nacional.
Sin embargo, el eje Marcos Peña-Duran Barba no parece darle demasiada importancia a este problema. Como se dijo más arriba, en Jefatura de Gabinete se opera bajo dos supuestos fuertes: 1. El electorado va a elegir entre Macri y Cristina y votara solo por uno u otro de esos nombres propios, con lo cual su atención no está centrada en cómo está compuesto el sistema de alianzas de cada uno ni en la fortaleza de sus coaliciones.
2. El radicalismo puede enojarse por la falta de apoyo, puede amenazar, pero a fin de cuentas no va a salirse de Cambiemos en ningún escenario.
Sobre la base de estos supuestos Peña y Durán Barba creen tener vía libre para la negociación con los gobernadores aún en desmedro de los candidatos de Cambiemos e incluso de la paz al interior de la coalición, en todo caso luego de un eventual triunfo del Presidente Macri se renegociarán los términos y condiciones del acuerdo.
En Córdoba Cambiemos no presentará candidatos a gobernador, irán separados Negri y Mestre con sus propias listas, eso favorece ampliamente las chances del gobernador Schiaretti de cara a su re-elección, tal vez eso es lo que querían en Barlcarce 50.
Decimos, entonces, que el sistema de alianzas políticas rumbo a la re-elección que tiene en mente el gobierno se centra en los acuerdos de mantenimiento del status quo con los Gobernadores: ellos re-eligen y no juegan en contra de la re-elección del Presidente, aunque eso traiga aparejada una alta tensión con los socios radicales.
Esta mirada encierra dos errores que es necesario remarcar: en general en los procesos políticos, y sobre todo en un país como Argentina, no es recomendable construir escenarios únicos y mucho menos pensar que tienen un 100% de probabilidad de ocurrencia, así como tampoco creer que se conocen a la perfección las reacciones de los afectados por las decisiones que se toman.
Todo indicaba hasta esta semana que Cristina Fernandez de Kirchner no tenía otra alternativa que ser candidata a Presidente: por ansia de poder, por necesidad de respuesta a su fuerza política, por necesidad de impunidad y, sobre todo, por posibilidades crecientes de triunfo.
Sin embargo, la hasta ahora desconocida enfermedad de su hija Florencia y el sorpresivo viaje de la ex-Presidente a Cuba (donde se encuentra en tratamiento) a visitarla pusieron un manto de dudas sobre esa certeza.
No se sabe aún la gravedad de la situación de salud de Florencia Kirchner ni cuanto puede estar afectando emocionalmente a su madre, pero está claro que tratándose de una hija y su salud no son estos elementos menores.
En principio la única comunicación pública ha sido un video editado con imágenes de Cristina, su hija y Nestor en el que la ex-Presidente cuenta la situación y responsabiliza a quienes de acuerdo a su interpretación están llevando adelante una persecución política sobre ella y su familia (el gobierno y la justicia), más parecido a una pieza de comunicación política que a un comunicado respecto de la situación.
Estos datos nos hacen pensar que Cristina Fernandez de Kirchner sigue pensando en presentarse como candidata y en que hay más posibilidades de que lo haga a que no, pero, repetimos, es un error estratégico pensar que ese es el único e ineludible escenario electoral.
Por otro lado, parece subestimarse la reacción que puede tener el radicalismo ante situaciones como la de Córdoba. Lo cierto es que lo sucedido en la Provincia mediterránea envalentonó a los sectores menos afines a Cambiemos de la UCR, que definirá su posición en la Convención Nacional del mes que viene, y quienes quieran permanecer en la alianza necesitarán armas contundentes (la Vicepresidencia o una PASO) para convencerlos de que aún es conveniente apoyar el proyecto Cambiemos.
Vienen semanas de alta tensión política y de mucho movimiento de los distintos actores presentes en el escenario nacional.

Font Manuel