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08.03.19 11:20
Tips Políticos: un arduo calendario político
Terminando el verano retomamos con una cargada agenda electoral para esta primera mitad del año. Ver Tips
Por Manuel Font. Envalentonados por las debilidades que muestra un gobierno golpeado por la dura crisis económica que tuvo que pasar en 2018 y que todavía se encuentra haciendo control de daños, muchos gobernadores decidieron adelantar las elecciones de sus provincias. El objetivo de esta movida tiene que ver por un lado con fortalecer el carácter local de las elecciones a Gobernador y por el otro con ganar capacidad de negociación con el gobierno Nacional en un escenario electoral que se le presenta en principio complejo. En los primeros seis meses del año, ya pasaron dos, van a darse 18 elecciones (entre PASO y generales) en 11 provincias y hay 9 que aún no han puesto fecha pero también podrían adelantar sus elecciones. Una de esas elecciones ya sucedió, el pasado 17 de febrero hubo internas en La Pampa, allí el único espacio en el que había competencia era Cambiemos, por un lado el candidato del PRO Carlos Mac Allister y por la UCR Daniel Kronemberger quien se impuso por un amplio margen y será candidato a gobernador. El triunfo radical en La Pampa envalentonó al centenario partido y los llevó a quedarse con las candidaturas a gobernador en muchas provincias tales como Entre Ríos, Santa Fé, Córdoba, La Rioja, Rio Negro y Chubut entre otras. De todos modos, el oficialismo no parece demasiado preocupado por la catarata de adelantamientos electorales ni por la presión radical, consideran que el “status quo” es una buena estrategia: No jugar demasiado fuerte al triunfo de candidatos de Cambiemos a cambio de que los gobernadores que re-elijan no se metan demasiado en la contienda nacional. El PRO se juega a tener muchos candidatos en las listas de legisladores nacionales y a cambio está dispuesto a dejar a los radicales las candidaturas a gobernador. Le preocupa más, al PRO, fortalecer su base de apoyo en diputados que ganar gobernaciones. Sin embargo, el resultado de La Pampa dió lugar no solo a la presión por las candidaturas a Gobernador sino al planteo radical de una PASO Presidencial. Este planteo abrió una discusión al interior del PRO entre aquellos que consideran que la PASO podría contener votantes desencantados y aquellos que quieren que el único candidato sea el Presidente Mauricio Macri. El primer anotado radical, y tal vez el único para esa PASO es Martín Lousteau quién se manifestó a favor de la PASO en el viaje a India al que había sido invitado por el propio Macri, quién no se sintió del todo cómodo con esas declaraciones. Intentos de unidad justicialista, Cristina y el riesgo de la “profecía autocumplida”. A lo largo del verano han habido gestos de diferentes actores peronistas tendientes a lograr algún tipo de unidad en la que confluyan Massa, Cristina, Pichetto y hasta Lavagna; por ahora no hay resultados concretos pero si algunos gestos a nivel provincial como en Entre Ríos donde Cristina bajó a sus candidatos. Al mismo tiempo, también desde lo gestual, se han dado encuentros de Cristina con actores como Felipe Solá que van en la línea de algún acuerdo de unidad. Sin embargo, queda mucho por delante y falta la discusión por las listas nacionales que siempre suma tensión a este tipo de negociaciones. El peronismo se encuentra frente a la disyuntiva que venimos planteando desde hace tiempo, necesita una renovación, pero la misma no puede darse con buenos resultados electorales porque el único candidato competitivo que tiene es la Ex-Presidente, quién no parece ser el perfil adecuado para liderar esa renovación. La disyuntiva sigue siendo renovación o pragmatismo electoral. La caída que reflejan todas las encuestas de la imagen del Presidente envalentona al peronismo en la búsqueda de la unidad y hace pensar al kirchnerismo en la posibilidad de volver al poder, de hecho, ya algunas encuestas comienzan a mostrar a Cristina con posibilidades de triunfo en primera vuelta y muy cerca en un eventual balotaje. En el oficialismo siguen pensando más conveniente enfrentarse a la Ex-Presidente en una segunda vuelta que a cualquier otro rival y la estrategia parece ser similar a la de 2017, polarizar y más allá del optimismo que se muestra en privado, comenzar a mostrarse débiles en la contienda. Pero la complejidad económica suma también dificultades en ese sentido: por un lado, puede ser de utilidad jugar con el temor de un amplio sector de la población a la vuelta del kirchnerismo pero por el otro, si ese temor se hace plausible puede generar incertidumbre en los mercados, salida de actores y hasta una eventual corrida cambiaria que para nada es el escenario que espera el gobierno al momento de las elecciones. Conclusiones y algunas dudas Habiéndose asegurado que provincia de Buenos Aires y Ciudad no desdoblan sus elecciones, al macrismo no parece preocuparle mucho el festival de elecciones en el resto del país, al menos el ala Durán Barba-Peña parece confiada en negociaciones con los gobernadores que aseguren un ganar-ganar: ellos re-eligen y el Presidente también. Así como en poder meter candidatos propios en las listas de diputados, para fortalecer al PRO en un Congreso que puede ser una dificultad para el gobierno en caso de lograr el triunfo. Por el lado de los gobernadores no parecen hoy muy preocupados, pero de lograr que algún actor del peronismo llegue o vuelva a la Casa Rosada, tal vez apuesten a un nuevo mandato de Macri y en base al desgaste y las complejidades que enfrente lograr la renovación y el triunfo posterior. El radicalismo por su parte, si bien presiona por una PASO Presidencial en la que Lousteau compita con Mauricio Macri, bajo el argumento de que el ex-Ministro de Economía podría contener el voto desesperanzado con el proyecto Cambiemos, está conforme con haber logrado imponer sus candidatos a Gobernador en buena parte de las provincias. El tiempo dirá si fue una buena estrategia o lo lógico hubiere sido ir por el fortalecimiento de la posición legislativa. Queda mucho por delante, y el panorama es aún lo suficientemente confuso como para poder sacar conclusiones, pero no caben dudas que el Gobierno necesita mejorar su performance para lograr la Re-Elección.